Industrias culturales

El Anzuelo | Año 3 | Número 4

Eso que quedó suspendido (o cómo volver a mirar)

Cuando aquel 20 de marzo de 2020 se anunció el aislamiento social preventivo y obligatorio como principal estrategia para cuidarnos de la pandemia que estaba atravesando al mundo, nuestras vidas, tal como las conocíamos, quedaron suspendidas. Muchos planes tuvieron que postergarse o reacomodarse, mucho de lo que estábamos por hacer, de lo que estaba en curso quedó flotando en una especie de éter de lo que pronto, algún día, podríamos retomar. Y mientras tanto, en una vorágine de urgencias, tuvimos que aprender a vivir, a trabajar, a comunicarnos en esa nueva realidad.

En medio de esos procesos, el número de El Anzuelo en el que estábamos trabajando también quedó suspendido. La enseñanza de las artes escénicas se reinventó tanto durante el 2020 que nos abocamos a producir un número especial para registrar y compartir esos procesos y así nació un número especial, ese pandemonium docente artístico que presentamos algunos meses atrás.

Luego vino el verano y nos dio cierto aire, entre cuidados y protocolos algunas actividades presenciales pudieron volver a retomarse, al menos por un tiempo. La pandemia continúa y nuestras vidas no han vuelto a ser como antes pero estamos aprendiendo a vivir en estos tiempos de tanto cambio y adaptación y, de a poco, pudimos ir volviendo a ver eso que había quedado suspendido, a mirarlo desde nuestros ojos de estos días y a retomarlo desde la realidad que vivimos hoy.

Este número 4 de El Anzuelo se podría titular “Lo que suspendimos por la pandemia y hoy volvemos a mirar, desde acá”. Estamos retomando y compartiendo escritos muy interesantes que hemos recibido en distintos tiempos y desde diferentes perfiles y áreas de la educación artística, y que deseamos que sean leídos por ustedes. Escritos sobre danza y tecnología, escenografía, teatro, danzas folklóricas, primeras clases, reseñas y entrevistas. Un número ecléctico y diverso como lo es el amplio campo del arte y la educación.

Claro que en el contexto actual estos escritos parecen de otro mundo. Uno en el que los encuentros ocurrían por fuera de la pantalla, y las clases de arte no necesitaban protocolo. Sin embargo, encontramos continuidad de la acción y reflexión educativa en las diferentes secciones de la revista. Territorios que se han transformado, investigaciones que nos siguen interpelando, preguntas que hace falta que nos sigamos haciendo, experiencias docentes que emocionan y nos reflejan. A continuación un breve paseo a modo de guía por los materiales publicados en este Anzuelo número 4.

En la sección Primeras clases nos recibe el relato de Nora Oyola, Profesora de Teatro egresada de la ETLP, sobre su primera experiencia docente en la Escuela N°7 de Punta Lara, partido de Ensenada, espacio que marcó su trayectoria en el ámbito teatral para dar vuelta una atmósfera de clase, abrazar fuertemente la igualdad de oportunidades y luchar para transformar esas realidades.

Para la sección Territorios Escolares nos llega desde Mar del Plata, un breve recorrido por el Encuentro de Teatro Expresiones que se realiza anualmente desde el año 2007 con el objetivo de promover la inclusión social de lxs niñxs y jóvenes a través del lenguaje teatral. El Encuentro cuenta con la participación activa de escuelas públicas y privadas, ONGs, Centros de día y centros culturales de la ciudad, y está organizado por la Red Interinstitucional Villa Primera, a través de una comisión de trabajo conformada por una Trabajadora Social de la Dirección de Promoción Social, Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad de Gral Pueyrredón, Profesores de teatro (miembros del grupo Dramatiza), Licenciadxs en Trabajo Social de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) y Directivos y personal Espacio Unzué. Sigue en pandemia con proyección en modo virtual.

La sección Otros Territorios cuenta con cinco artículos. En el primero de ellos, Soledad Morales, payasa, actriz y profesora de Teatro en la ciudad de La Plata reflexiona sobre su práctica en la enseñanza del clown donde el error se convierte en eje transversal para enfrentar las contradicciones y volverlas universales a partir de la risa.

A continuación, Paula Susperregui -bailarina, actriz y directora platense- nos cuenta su experiencia en el Teatro con Prácticas Callejeras, que comenzó en 2005 en Granada, España, donde participó como co-fundadora de la Asociación Cultural El 5° Espiral, que formaba actores y actrices con esta metodología; y continuó, a partir de 2013, en el Encuentro Dramatiza, en Argentina, donde encontró un espacio para ofrecer una mirada pedagógica de esta práctica que estimula la investigación y a cambiar el punto de vista para ir directamente a la acción donde nos observamos, observamos a lxs otrxs y entramos en estado de actuación.

En el siguiente trabajo, Cuerpo, escena y juego: el hiv.sida nos interpela, Mariela Piedrabuena nos invita a conocer una experiencia artística y didáctica que nace a partir de un proyecto de Voluntariado Universitario, impulsado por el Profesorado en Teatro de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos y que tuvo como eje central la realización de una producción teatral que contribuye a la Prevención del VIH Sida en adolescentes y jóvenes de la ciudad de Gualeguaychú, en la que tiene sede el profesorado.

En el artículo Una tensión conceptual actual: Teatro aplicado. Desde el campo de la dramaterapia, Ester Trozzo, nos invita a reflexionar sobre las distintas posturas en torno a este término que provoca fuertes discordancias entre personas del ámbito de la investigación.

Dicha búsqueda genera el motor para discutir sobre las distintas prácticas que alcanza hoy en día el teatro y si debemos seguir englobndolas o no dentro de la pedagogía teatral.

Cerrando esta sección, Liz Moralejo nos propone reflexionar sobre la importancia de abrir paso a la diversidad en el ámbito de las danzas folklóricas. Desde un recorrido por su propia biografía invita a pensar la pedagogía de estas danzas desde una perspectiva inclusiva, que desarticule la predeterminación y la jerarquización de roles de género, así como los estereotípos del amor hetero-romántico que atraviesan la versión canónica de las mismas, una pedagogía que permita democratizar los saberes y reinventar la performatividad de estas danzas para que su enseñanza pueda ser fructifera y abierta a todas las identidades.

En la sección Entrevistas (única de este número producida en tiempos de pandemia) encontramos un delicioso diálogo entre Nelson Mallach y Alicia Durán sobre la obra Pequeño Gran Muerto, estrenada en el cementerio de La Plata en marzo de 2021.

La sección Formación Superior nos invita a preguntarnos cuál es el rol de la escenografía en la contemporaneidad y cómo se piensa hoy en día la idea de espacio y/o de escenografía en el ámbito teatral y televisivo. Dos trabajos desde la Cátedra Taller Básico Escenografía I-II de la Facultad de Artes de la UNLP componen esta sección en relación a procedimientos pedagógicos que permiten producir espacios escénicos en sistema con nuevas prácticas teatrales, muchas veces ligadas a lo performático. Pedagogías del posdrama. Dispositivo espacial y escena, a cargo de Gustavo Radice, Natalia Di Sarli y Ariel Tules, es un proyecto que intenta dilucidar cuáles serían los procedimientos pedagógicos por los cuales se podría abordar una escena post dramática y toma como disparador la obra teatral Ágrafos, de Carolina Donnantuoni, directora, actriz y dramaturga platense. El proyecto fue pensado para el espacio de artes escénicas que posee el Centro de Arte de la UNLP.

Por otro lado, Natalia Carod, Licenciada y Profesora en Artes Plásticas con orientación en Escenografía, egresada también de la Facultad de Artes de la UNLP, nos ofrece otra mirada dentro de este campo escénico en su práctica docente como adscripta en donde analiza la concepción de escenografía que plantea la cátedra y, en consecuencia, el discurso crítico-político que dicha concepción manifiesta.

En la sección Recursos Didácticos, Diego Biancotto nos comparte su experiencia docente en la Escuela N°72 del Barrio El Peligro en la ciudad de La Plata. Es a través de este relato donde podemos corroborar una vez más la necesidad urgente del teatro en la escuela como herramienta que promueve la igualdad de oportunidades para dar lugar al asombro.

A continuación, compartimos dos Reseñas. En primer lugar, María Cecilia D´Angelo nos ofrece su mirada de la obra Penélope en viaje, escrita por ella junto a Marcelo Marán, que propone una mirada novedosa del mundo heroico de los hombres a través del personaje de Penélope. En La voz de las mujeres: el arte como reflejo de la construcción del tejido social se aborda la obra desde la reflexión sobre la violencia de género y como puente que permite valorar la contribución de la mujer en la construcción de sociedades cohesionadas.

En segundo lugar, Mariano Scovenna, actor, profesor de teatro y Especialista Superior en Artes Combinadas nos presenta Teatro Educacional: Materiales didácticos para que brote una fantasía en acción, un libro de su autoría, en formato digital, que promueve un nuevo enfoque pedagógico a través de la recopilación de experiencias y juegos teatrales.

Luego, incluimos una breve reseña de algunas de las actividades que, en el marco de la continuidad pedagógica con herramientas tecnológicas y virtuales, desarrollaron las Escuelas de Artística Superior de la región, centrándonos en aquellas actividades que trascienden el ámbito institucional y se abren a la comunidad, invitando a encontrarse y compartir en congresos, festivales, funciones, entre otras actividades.

Finalmente, en la sección Investigación presentamos tres artículos. En el primero, Alejandra Ceriani comparte el estado actual del proyecto de investigación interdisciplinar en el cual trabaja en conjunto con artistas e ingenieros, buscando desarrollar sistemas de sensado bioeléctrico que permitan la decodificación de señales neuronales y su traducción en imágenes visuales y sonoras. Se busca así desarrollar un sistema de comunicación alternativa para personas con discapacidad motora, fomentando la transversalidad en la participación igualitaria de los recursos expresivos de nuestro cuerpo en la inmovilidad.

A continuación, María del Rosario Abad recupera los aportes de Umberto Eco y Erika Fischer-Litche para pensar el teatro, y en particular, la educación teatral. De este modo, y sin desconocer las críticas y limitaciones a analizar el teatro desde el marco que propone la semiótica, pone en valor la sensibilidad y la emotividad como elementos fundamentales de los procesos de comunicación y conocimiento, que no se oponen a la inteligencia o la intelectualidad, sino que se articulan recíprocamente de formas complejas. Y en este sentido, defiende la importancia del teatro en la escuela, al trabajar con estos elementos.

Cerrando esta sección, Gustavo Radice nos abre su caja de herramientas para el estudio de las artes escénicas desde una perspectiva histórica. A partir de su vasta experiencia de investigación en este campo comparte y sistematiza muchas de las estrategias que pueden utilizarse para el relevamiento, organización y análisis de conjuntos de documentos relevados para el análisis y/o reconstrucción del campo de las artes escénicas.

Además del atractivo que tienen en sí mismas cada una de estas propuestas, mirarlas desde el contexto actual abre un abanico de nuevas preguntas.

¿Cómo hubiera sido para Nora entrar en aquella primera clase en un contexto de no presencialidad? ¿Cómo se tienden en este nuevo contexto esas manos que acompañan? Sin dudas la articulación entre docentes y el uso del plan de clases como herramienta política son claves en la posibilidad de “crear aula” incluso en la virtualidad.

¿Y las salidas educativas cuyo valor resalta tan claramente en su relato Diego? ¿Cómo recrearlas en estos tiempos? ¿Qué otras ventanas pueden abrirse para encontrarse con el asombro?

¿Cómo se resignifican las prácticas callejeras en un contexto en que la calle ha dejado de ser un territorio otro para pasar a ser uno de los únicos escenarios posibles para mantener los cuidados y las distancias?

¿Cuál es el rol de la escenografía en este nuevo contexto de exhibición de las obras?

¿Qué nuevas articulaciones surgirán entre artistas e ingenieros en tiempos en que abunda el tecnovivio? ¿Cómo construir la sensibilidad y la emotividad de la que nos habla Rosario en estos nuevos soportes?

¿Qué transformaciones y adaptaciones se están encontrando para dar continuidad a los congresos y festivales? ¿Qué se pierde pero sobre todo qué se gana en estas nuevas modalidades de encuentros?

¿Qué registros estamos dejando de nuestras producciones escénicas y educativas? ¿Cómo estudiarán este tiempo lxs historiadores del futuro? Sin dudas, es fundamental contar con una caja de herramientas que nos permita organizar esta abundancia de registros.

Con todas estas preguntas que tejen hilos entre tiempos y escenarios les damos la bienvenida a este cuarto número del Anzuelo, para que en este ejercicio de volver a mirar eso que quedó suspendido hace un año atrás sigamos enriqueciendo este espacio, compartiendo experiencias y recursos, multiplicando preguntas.

Mariana del Mármol - Víctor Galestok - Gabriela Witencamps - Mariana Sáez

 

Convocatoria abierta

Desde la Revista “El Anzuelo”, Investigación y Educación en Artes Escénicas, convocamos a artistas, docentes, investigadorxs y estudiantes que deseen publicar textos académicos, reseñas, experiencias pedagógicas, ensayos u otro tipo de relatos.

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